viernes, abril 03, 2009

Otro punto de vista sobre la inseguridad: la carcel, reincidencia y el experimento de la universidad de Stanford.

En el video que se postea se refleja parte de un interesante experimento realizado por Philip Zimbardo, en 1971. El experimento consistió en conocer cuáles eran los efectos psicológicos de convertirse en un preso o guardia carcel. Lo interesante es que aún en 2009, muchas de las estrategias psicológicas que se ven el el video se practican en nuestro país, por lo que un atento análisis de este experimento podría mejorar las condiciones de detención y los efectos que trae sobre la sociedad, en estos tiempos convulsionados por la inseguridad y la delincuencia creciente. Para el experimento se contó con voluntarios que se desempeñaron como presos y otros como guardias. Es importante destacar que los voluntarios celadores no recibieron ninguna formación específica sobre cómo ejercer su función. Eran libres, dentro de unos límites, para hacer lo que considerasen necesario para mantener la ley y el orden en el interior de la cárcel y obligar a los reclusos a respetarlos. En cierto momento los presos se rebelaron, lo que provocó acciones físicas para sofocar a los recluidos. El experimento derivó en un excesivo ejercicio del poder, pero que refleja lo que sucede a menudo en las cárceles de nuestro país, a pesar del entrenamiento que reciben los celadores profesionales. Luego se cambió la estrategia: se pasó de la acción física a la acción psicológica: le dieron privilegios a los presos que no participaron activamente de la revuelta, logrando dividirlos. Esta es una de las cuestiones más interesantes: Pareciera que el ser humano con poder tiende a exagerar o superar sus funciones con tal de mantenerlo. Se permitió la visita de parientes y amigos de los recluidos, pero para evitar que se frustara el experimento, se permitió higienizarse a los recluidos, limpiar sus celdas y pasaron musica funcional. Esto sucede en nuestras cárceles. EL experimento es de una riqueza superior a la de estas anotaciones. Allí se analiza el experimento desde la psicología social, aquí esbozo el mal trato, el abuso, como uno de los factores determinantes del "tratamiento penitenciario". Una de las principales inquietudes que plantea el experimento es la diferencia con la realidad: en los penales existe poblacion judicializada, que sabe que tiene una causa penal. En el experimento, no, se trató de una convocatoria libre. La idea remanente para deliberar, es que no se puede pretender "rehabilitar" a los condenados en un medio que, para inculcar disciplina, siempre es hostil. Esta hostilidad que se genera y retroalimenta por el estado de detención, el "castigo" de ser privado de la libertad, sumado a técnicas psicológicas que producen resentimiento y que en realidad, salvo en contados casos, terminan con el cumplimiento de la detención sin rehabilitación alguna. Las consecuencias del experimento fueron tan profundas, que previendo una duracion de dos semanas, debió ser cancelado a los seis días. Considero que es importante pensar el problema de la inseguridad y la violencia delictiva desde este otro punto de vista. Se sabe que muchos de los delitos que por su violencia tomaron estado público en los últimos días, fueron protagonizados por gente con antecedentes, o sea, que ya vivieron el encarcelamiento. Entiendo que existe una vinculación importante entre esa experiencia vivida por el delincuente y el incremento de la violencia en su reincidencia: lo que busca el delincuente es evitar un nuevo encarcelamiento mediante el empleo de mas violencia. En los medios de comunicación se difunde la idea de que no fue suficiente estar preso una vez, y que las penas deben ser más duras, "que se pudran en la carcel". Ahí está el desafío como sociedad. Debemos recopilar mas información y apelar a la creatividad de fórmulas no probadas para disminuir la tasa delictiva y la violencia. Existen numerosas teorías criminológicas que explican el delito y que no voy a desarrollar en estas anotaciones, pero sí debo dejar en claro que los pedidos de pena de muerte para los delitos más graves no son una solución para disminuir la violencia o el delito.
Para mayor información sobre el experimento:


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